Foto: Especial enfrentamiento entre sujetos armados y elementos de la Guardia Nacional en Casimiro Castillo, Jalisco
Ciudad de México, Redacción.- El crimen organizado ha desatado el infierno con emboscadas a la Guardia Nacional y narcobloqueos que han convertido carreteras en campos de batalla, dejando a la población atrapada entre el plomo y el fuego.
Jalisco vive horas de terror tras una serie de enfrentamientos armados entre civiles y fuerzas de seguridad que han paralizado regiones clave del estado. Desde las primeras horas de este miércoles 19 de marzo de 2025, reportes ciudadanos encendieron las alarmas: un tiroteo feroz estalló en la carretera que une Poncitlán y Ocotlán, donde comandos armados emboscaron a patrullas de la Guardia Nacional. Testigos relatan minutos eternos de balas cruzadas, con disparos que alcanzaron vehículos civiles, sembrando pánico entre quienes transitaban desprevenidos.
La violencia escaló rápidamente hacia la costa, donde Villa Purificación y Casimiro Castillo se transformaron en nuevos epicentros del caos. En estos municipios, conocidos por la influencia del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), otro enfrentamiento entre presuntos criminales y fuerzas del orden desató una ola de narcobloqueos. Camiones incendiados y atravesados en las vías principales —una táctica clásica de los grupos delictivos— bloquearon el acceso a refuerzos, mientras detonaciones de alto calibre y el rugido de helicópteros militares llenaban el aire de una tensión asfixiante.
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— LaPeriodista (@LaPeriodistaMx) March 20, 2025
El gobierno de Jalisco respondió con un despliegue masivo de la Policía Estatal, el Ejército Mexicano y la Guardia Nacional, en un intento desesperado por recuperar el control. Sin embargo, la falta de información oficial alimenta la incertidumbre: no hay datos confirmados sobre bajas, heridos o detenidos. Fuentes extraoficiales hablan de al menos cuatro agentes heridos en Poncitlán y un ataque con explosivos improvisados contra un convoy en Villa Purificación, pero el silencio oficial solo agrava el temor de una ciudadanía atrapada en el fuego cruzado.
Este estallido de violencia no es un hecho aislado, sino un desafío abierto del crimen organizado al Estado mexicano. Las carreteras de Jalisco, arterias vitales del occidente del país, se han convertido en el tablero de una guerra sin cuartel donde el CJNG busca reafirmar su dominio. Mientras las autoridades luchan por contener la crisis, los habitantes de Poncitlán, Ocotlán, Villa Purificación y Casimiro Castillo enfrentan una noche de zozobra, preguntándose si el amanecer traerá paz o más sangre.
Trascendió la captura de Luis Miguel Pelayo Pelayo alias el "Meño" o el "18" uno de los líderes del CJNG, encargado de varias zonas, Autlán, Unión de Tula, hasta Cihuatlán Jalisco y Villa Purificación.