Ciudad de México, Stephanie Palacios – La presidenta Claudia Sheinbaum, intensificó su campaña contra el impuesto del 3.5% a las remesas propuesto en la Ley Fiscal impulsada por su homólogo estadounidense Donald Trump.
Durante su conferencia matutina, Sheinbaum proyectó un video donde migrantes mexicanos en Estados Unidos expresan su preocupación por las afectaciones económicas que este gravamen tendría en sus familias. La medida, aprobada por la Cámara de Representantes de EE. UU. el 22 de mayo con una votación de 215-214, aún requiere la aprobación del Senado, donde enfrenta resistencia incluso entre algunos republicanos.
El impuesto, inicialmente propuesto en un 5%, fue reducido tras negociaciones lideradas por congresistas republicanos de estados fronterizos, preocupados por las repercusiones diplomáticas y económicas. Sin embargo, Sheinbaum calificó la medida como una “injusticia” y una violación al Tratado para Evitar la Doble Tributación entre México y EE. UU., vigente desde 1994, ya que los migrantes ya pagan impuestos sobre la renta en EE. UU.
“No se puede gravar dos veces a quienes ya contribuyen con su trabajo”, afirmó la mandataria.
El impacto económico de este impuesto sería significativo. México recibió 64,745 millones de dólares en remesas en 2024, según el Banco de México, representando el 3.4% del PIB nacional. Un análisis de BBVA estima que el gravamen generaría una pérdida de aproximadamente 1,000 millones de dólares para México, afectando especialmente a estados como Chiapas, Guerrero y Michoacán, donde las remesas constituyen hasta el 14.3% del PIB local. Además, expertos advierten que la medida podría fomentar el uso de canales informales, como criptomonedas o intermediarios, lo que podría beneficiar al crimen organizado y reducir la trazabilidad de estos flujos.
Las remesadoras estadounidenses también enfrentan riesgos, ya que el impuesto podría desincentivar el uso de servicios formales, afectando sus ingresos. Según el National Immigration Law Center, esta medida podría empujar a los migrantes a optar por métodos no regulados, lo que complicaría la recaudación fiscal y la supervisión.
La oposición al impuesto no solo proviene de México. El canciller de El Salvador, Alejandro Zelaya, señaló que gravar las remesas “equivale a cortar una vena abierta” para las economías centroamericanas, donde representan hasta el 25% del PIB en países como Honduras y Nicaragua.
En EE. UU., senadores republicanos como Rand Paul, Josh Hawley, Susan Collins, Lisa Murkowski y John Thune han expresado su rechazo al plan fiscal de Trump, argumentando que aumentaría el déficit federal en hasta 4 billones de dólares en una década, según la Oficina de Presupuesto del Congreso.
Sheinbaum ha prometido que, de aprobarse el impuesto, su gobierno apoyará a los migrantes mexicanos con medidas para mitigar el impacto.
#México | La presidenta @Claudiashein proyectó un video donde migrantes mexicanos en EEUU 🇺🇸 expresan su preocupación por las afectaciones económicas, tras el impuesto de 3.5% https://t.co/YUJkEYsGrC pic.twitter.com/f7oWq3kOOp
— Stephanie Palacios (@novalick) May 31, 2025