Ciudad de México.- Stephanie Palacios.- La jefa de Gobierno capitalino, Clara Brugada Molina, acompañada por autoridades como el alcalde de Milpa Alta, Octavio Rivero Villaseñor, y la alcaldesa de Tláhuac, Berenice Hernández, celebró la inauguración de la Feria del Nopal, un evento que exalta la importancia de este cultivo milenario en México.
Productores como Estela Rojas y Paulino Cruz, junto a figuras clave como Adán Peña de Corena y Mónica Pacheco de la Central de Abasto, destacaron en esta tradicional feria de sabores y tradiciones.
El nopal, símbolo patrio y pilar de la agroecología, fue el protagonista de la jornada. Brugada Molina resaltó sus múltiples propiedades como: alimento, medicina, sustento económico y emblema de la dignidad de miles de familias campesinas.
“Es un alimento milenario que nos define como nación”, afirmó, subrayando la necesidad de apoyar a los productores de Milpa Alta y Tláhuac, regiones clave en la producción de 200,000 toneladas anuales, haciendo de la capital la única zona autosuficiente en este cultivo.
La Feria del Nopal no solo busca difundir los saberes y sabores del campo, sino también visibilizar las injusticias en la cadena de producción y consumo. Brugada denunció la disparidad: mientras los productores venden una caja de 200 nopales por 30 pesos, los consumidores pagan lo mismo por solo 10.
Brugada llamó a modernizar la producción con maquinaria y certificaciones, y a convertir a la Ciudad de México en el mejor mercado para conectar directamente a productores y consumidores.
Declaró las terrazas agrícolas de Milpa Alta, Tláhuac, Xochimilco e Iztapalapa como Patrimonio Biocultural de la Ciudad de México. Este reconocimiento, descrito como un “acto de justicia histórica y ambiental”, protege las prácticas ancestrales que transforman la piedra en cultivo y la lava en vida. Las terrazas, metepantles y tecorrales son testimonio de la resistencia de los pueblos originarios, que defienden la soberanía alimentaria desde sus raíces.
Foto: Stephanie Palacios / Feria del Nopal Monumento a la Revolución
La iniciativa posiciona a México como un referente en la preservación biocultural y la sostenibilidad. En un mundo donde la seguridad alimentaria es un desafío creciente, la Ciudad de México apuesta por un modelo más verde y justo, integrando lo rural a la metrópoli. “El futuro se siembra desde la tierra”, afirmó Brugada, destacando que Milpa Alta, donde el 90% del territorio es zona de conservación y se habla náhuatl, es el corazón de esta visión.
La Feria del Nopal, que se repetirá cada tres meses en el Monumento a la Revolución, no solo promueve productos como mermeladas, tortillas y escabeches de nopal, sino que fortalece la economía local. Con concursos como el desespinado de nopal y presentaciones culturales, el evento atrae a familias y turistas, consolidando a la capital como un punto de encuentro entre tradición y modernidad.
La presencia de secretarias como Julia Álvarez (Medio Ambiente), Ana Francis López (Cultura) y Alejandra Frausto (Turismo) refuerza el compromiso interinstitucional para apoyar al campo y sus productores, un ejemplo que resuena en foros internacionales sobre sostenibilidad y cultura.
La Ciudad de México, bajo el liderazgo de Clara Brugada, se posiciona como un modelo global, demostrando que las periferias y sus tradiciones pueden ocupar el centro de la escena.
“Que viva el nopal, que viva la Ciudad de México”, exclamó la jefa de Gobierno, dejando claro que la capital no solo resiste, sino que florece en medio de la metrópoli, uniendo pasado y futuro en un solo latido.