“Las personas que se tienen que dedicar a esto (la búsqueda) van a tomar sus vacaciones (…), cada quien tiene que hacer las celebraciones con su familia: lamentablemente nosotros no vamos a hacer eso"
"Les pido de todo corazón que no nos abandonen”, expresó, frente a familiares y amigos.
Yesenia fue vista por última vez tras acudir a la casa de su cuñado en Santiago Cuautlalpan, Tepotzotlán. “De ahí no regresó”, explica su madre minutos antes del inicio de la misa.
“Mi hija se llama Yesenia Carolina Hernández Guerrero, hoy cumple 33 años y mañana hace un mes de desaparecida. Fue a la casa de su cuñado en Santiago Cuautlalpan Tepotzotlán y de ahí no regresó”, cuenta su madre previo a la misa.
Mientras habla, observa alternativamente a sus dos nietas, de 15 y 17 años, quienes sostienen cartulinas con la ficha de búsqueda de su madre, rodeadas de personas que comienzan a llegar con velas encendidas.
“Me han dicho que se rigen por citas y no atienden los fines de semana ni días festivos”, denunció
Otra de las voces presentes es la de Estela Hernández Ramírez, madre de Adrián Hernández Ramírez, desaparecido el 16 de julio en Santa María Tianguistengo, cuando viajaba en motocicleta rumbo a Tepotzotlán junto a un amigo, quien también permanece desaparecido.
Con la voz entrecortada detrás de un cubrebocas, y una playera con la foto de su hijo en su playera, Estela resume su dolor: “Este dolor me está tirando”. Relata que la búsqueda ha transformado por completo su vida cotidiana.
Antes de la desaparición de su hijo, denunció haber sido víctima de extorsión telefónica y por videollamadas. “Me amenazaron, dijeron que si no era mi hijo sería otra persona”, cuenta, al tiempo que expresa su temor por la seguridad de sus otros hijos pequeños.
“Quiero seguridad, tengo a otros niños más chiquitos, los llevo en la mañana a la escuela y me da miedo. Me amenazaron, dijeron que si no era mi hijo sería otra persona”, denunció
“Me tengo que repartir en dos, tengo a mi niña de nueve años, un niño de cuatro y otra de seis. Trabajo de nueve de la mañana a dos de la tarde y después busco a mi hijo hasta las diez de la noche”, cuenta angustiada.
“Pedimos para las familias que padecen y sufren, por sus necesidades, por el regreso de Yeshua y Yesenia, que el señor nos dé la certeza de que él nos ayuda”, dijo, el padre.
Al concluir la misa, invita a los fieles a colocar las veladoras en el quemador. Algunos se retiran a sus hogares; otros permanecen acompañando la vigilia, aumentando el número de luces encendidas en la oscuridad.
Las sombras apenas dejan ver los rostros de las adolescentes que sostienen la lona de Jeshua desde el inicio del encuentro. El silencio se impone nuevamente.
La madre de Jeshua agradece la presencia de todos: “Gracias por estar aquí, con toda la fe y el amor de que aparezca pronto”, expresa.
Minutos después, Luis Cisneros vuelve a tomar la palabra para pedir que las fiestas decembrinas no detengan la búsqueda de su hijo. Confiesa que ha detenido su vida laboral y no ha trabajado en su negocio, de lavado de salas y vestiduras, durante un mes para dedicarse completamente a encontrarlo. Se ha entregado a la búsqueda de su hijo.
El apoyo de las autoridades ¿Dónde está?
También, cuestiona la versión del presidente municipal Daniel Serrano, quien aseguró haber brindado apoyo iediato. “Es mentira. Estuvimos cuatro días solos. Nos atendieron hasta el martes”, afirma.
“El presidente municipal Daniel Serrano comenta que nos ayudó inmediatamente, pero es mentira. Estuvimos cuatro días solos, porque esto pasó un jueves y nos atendieron hasta el día martes. Cuatro días después empezamos a trabajar con la Policía de Género, que es la involucrada en las búsquedas”, menciona al finalizar la vigilia.
El próximo 27 de diciembre, Jeshua cumpliría 19 años. Su madre recuerda que continuaba dándole regalos en Navidad y Reyes Magos.
“Tengo muchos adjetivos buenos para mi hijo, incluso si no los tuviera, nadie puede estar desapareciendo. Estamos envueltos en esperanza y fe”
A un mes de la desaparición, la familia difundió un video en redes sociales insistiendo en no abandonar la búsqueda, cerrándolo con una breve oración. “Buenas noches para lo que puedan tenerla”, concluye.