Derrame de Crudo en Puebla: Pemex Activa Protocolos de Emergencia en Huauchinango

Derrame de crudo en Huachinango Puebla Foto: @Ambas_Manos



Huauchinango, Puebla – Un derrame de crudo en el oleoducto Poza Rica – Salamanca, reportado el 23 de agosto, ha encendido las alertas en el municipio de Huauchinango, Puebla. Petróleos Mexicanos (Pemex), a través de un comunicado oficial, confirmó que personal especializado del Sector Ductos Catalina acudió de inmediato al sitio para activar los protocolos de emergencia. 

Este incidente, calificado como de magnitud moderada, afecta un tramo de aproximadamente 800 metros, generando preocupación entre las comunidades locales y organizaciones ambientales.

Las labores de contención y recuperación del crudo se han complicado por las intensas lluvias que azotan la región, así como por los accesos limitados al área afectada. Pemex ha desplegado equipos especializados, incluyendo una unidad recuperadora de presión vacío, retroexcavadoras y barreras oleofílicas, trabajando en cuatro frentes para evitar que el hidrocarburo se extienda. 

Sin embargo, las condiciones climatológicas han obligado a que las tareas sean intermitentes, prolongando la incertidumbre sobre el impacto ambiental y social del derrame.

El domingo, representantes de Pemex sostuvieron un diálogo con pobladores y autoridades locales para informar sobre las medidas implementadas. La empresa aseguró que su prioridad es garantizar la seguridad, proteger el medio ambiente y atender el bienestar de las comunidades afectadas. 

Aunque no se han precisado los daños específicos a la flora, fauna o cuerpos de agua cercanos, la magnitud del derrame y su ubicación en una zona de alta sensibilidad ecológica han generado críticas sobre la infraestructura de los oleoductos en México.

 


La estatal petrolera mantiene una presencia permanente en la zona, pero los trabajos para determinar la causa raíz del incidente están en espera debido al mal tiempo. Según Pemex, una vez que las condiciones lo permitan, se realizarán excavaciones para analizar el ducto afectado y establecer si el derrame fue causado por fallas técnicas, desgaste de la infraestructura o factores externos. Este incidente reaviva el debate sobre la necesidad de modernizar los sistemas de transporte de hidrocarburos y reforzar las medidas preventivas en el sector energético mexicano.

Mientras tanto, las comunidades de Huauchinango exigen transparencia y acciones rápidas para mitigar los daños. Organizaciones ambientalistas han comenzado a monitorear la situación, alertando sobre los riesgos de contaminación a largo plazo. 

Pemex, por su parte, se enfrenta al desafío de contener el derrame y recuperar la confianza de la población en un contexto donde la presión por un manejo responsable de los recursos naturales es cada vez mayor.


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