Subsecretario de Terrorismo e Inteligencia Financiera del Depto. del Tesoro de Estados Unidos, John K. Hurley
Ciudad de México.- El subsecretario de Terrorismo e Inteligencia Financiera del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, John K. Hurley, llegará a la Ciudad de México este jueves 18 de septiembre.
Esta visita, confirmada por fuentes oficiales, representa un paso clave en la estrategia de la Administración Trump para desmantelar las redes de cárteles de la droga con operaciones en territorio mexicano.
Hurley, en su primer viaje internacional desde que asumió el cargo, se reunirá con altos funcionarios gubernamentales y representantes de la industria financiera, con el objetivo de fortalecer mecanismos contra el financiamiento ilícito que sostiene estas organizaciones criminales.
La agenda de Hurley se centra en discusiones técnicas y de alto impacto sobre el contrarresto al lavado de dinero, el tráfico de estupefacientes y las operaciones transfronterizas de los cárteles.
Fuentes del Tesoro estadounidense destacan que el enfoque principal será el fentanilo, el opioide sintético responsable de miles de muertes en EE.UU. anualmente, cuya producción y distribución está mayoritariamente ligada a laboratorios controlados por grupos delictivos mexicanos, como el Cártel de Sinaloa.
Esta reunión subraya la urgencia de la administración Trump por frenar lo que describen como una "afluencia mortal" de esta sustancia, que ha exacerbado la crisis de salud pública en el país vecino.
El contexto de esta visita no podría ser más crítico. Bajo el liderazgo de Donald Trump, quien ha prometido una ofensiva sin precedentes contra los cárteles, designándolos incluso como "organizaciones terroristas", el gobierno estadounidense busca herramientas financieras para asfixiar sus economías ilícitas.
Hurley enfatizará durante sus encuentros que el Departamento del Tesoro no tolerará el acceso de estos grupos al sistema financiero de EE.UU., mediante sanciones, congelamientos de activos y colaboración en inteligencia.
Esta postura refleja una política de "tolerancia cero" que podría implicar mayores presiones diplomáticas y económicas sobre México si no se logran avances concretos.
México, por su parte, ha respondido con una cooperación activa, según lo apreciado por las autoridades estadounidenses.
El gobierno mexicano, liderado por la presidenta Claudia Sheinbaum, ha incrementado operaciones contra el narco y el lavado de dinero en los últimos meses, aunque persisten desafíos como la corrupción y la violencia en regiones clave como Sinaloa y Michoacán.
La visita de Hurley podría servir como catalizador para alinear esfuerzos bilaterales, potencialmente abriendo vías para asistencia técnica o inteligencia compartida, pero también para demandas más estrictas en materia de control fronterizo y regulación bancaria.
Con elecciones presidenciales en el horizonte, esta ofensiva contra los cárteles podría traducirse en medidas unilaterales si las negociaciones no avanzan, como la imposición de aranceles o designaciones formales de terrorismo.
Para México, el desafío radica en equilibrar la alianza estratégica con la preservación de su autonomía, en un contexto donde la violencia narco sigue cobrando vidas en ambas naciones.