Ciudad de México, 16 de mayo de 2025.- Stephanie Palacios.- Las intensas lluvias del pasado 27 y 28 de marzo en Tamaulipas, afectaron a 215 colonias del municipio de Reynosa; 78 de Río Bravo con precipitaciones que acumularon el 80% de la media anual de la región.
Casas inundadas, calles convertidas en ríos y familias desplazadas marcaron una emergencia que movilizó al Gobierno de México. En respuesta, el Ejército Mexicano y la Guardia Nacional, en coordinación con la Secretaría del Bienestar, activaron el Plan DN-III-E, un operativo clave para llevar auxilio, seguridad y esperanza a las comunidades afectadas.
El Plan DN-III-E, se ha consolidado como un pilar de la respuesta nacional ante desastres. En su fase de auxilio en Tamaulipas, 760 elementos militares atendieron a 56 mil 320 personas, evacuando a 1 mil 937 hacia albergues temporales.
En estos refugios, se realizó una operación, coordinada con autoridades locales, demostrando la capacidad logística de las Fuerzas Armadas para actuar con rapidez y eficacia en momentos críticos.
La fase de recuperación marcó un esfuerzo titánico para devolver la normalidad a las zonas afectadas. Los equipos militares limpiaron 16, mil 090 metros cuadrados de calles y retiraron 1, mil 620 metros cúbicos de escombros, lodo y tierra, despejando vías esenciales para la movilidad y el acceso a servicios.
En la fase de recuperación, el Gobierno de México diseñó un programa de apoyo. Entre el 6 de mayo y el 15 de junio de 2025, el Ejército Mexicano, la Guardia Nacional y la Secretaría del Bienestar distribuirán 12 mil 316 paquetes de enseres domésticos, que incluyen refrigeradores, estufas, colchones, ventiladores, licuadoras y baterías de cocina. Este esfuerzo busca restituir las condiciones de vida de las familias afectadas, priorizando su bienestar y dignidad. Hasta la fecha, 7 mil 480 hogares en 42 colonias de Reynosa han recibido estos apoyos, alcanzando un avance del 51.8%.
Las 4,836 entregas pendientes se completarán en los próximos siete días, según proyecciones oficiales. Esta operación no solo destaca por su escala, sino por la coordinación interinstitucional que involucra a la Secretaría del Bienestar, responsable de los programas sociales, y a las fuerzas armadas, cuya disciplina operativa garantiza la eficiencia del proceso. La iniciativa refuerza el modelo de gobernanza centrado en la atención a los sectores más vulnerables.
Foto: Secretaría de la Defensa Nacional / @Defensamx1
El impacto de estas acciones trasciende las cifras. En Tamaulipas, el Plan DN-III-E no solo ha mitigado los efectos de una catástrofe climática, sino que ha fortalecido la confianza de la población en las instituciones. Testimonios de familias beneficiadas, compartidos en redes sociales, destacan la rapidez del auxilio y la importancia de los enseres para recuperar sus hogares. Sin embargo, persisten retos, como la necesidad de infraestructura para prevenir futuras inundaciones en una región cada vez más expuesta a fenómenos climáticos extremos.
En el contexto político, esta respuesta evidencia la prioridad del gobierno federal por articular esfuerzos entre seguridad, defensa y bienestar social. La integración de la Guardia Nacional, ahora bajo el mando de la Secretaría de la Defensa Nacional, y la Secretaría del Bienestar, refleja una estrategia de cohesión institucional para enfrentar crisis. No obstante, críticos señalan que la dependencia en operativos militares para desastres podría desviar recursos de soluciones estructurales, como el fortalecimiento de la infraestructura hidráulica en Tamaulipas.
El programa de distribución, ejecutado por 300 elementos militares en 70 vehículos, comenzó en Reynosa y culminará en Río Bravo.