Ciudad de México.- La investigadora Lily Zelaya Molina y el investigador Ismael Fernando Chávez Díaz, del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), fueron galardonados con el prestigioso Premio Nacional de la Academia de Ciencias de Cuba 2025.
Su proyecto, centrado en la biofertilización del garbanzo, no solo redujo hasta un 70% el uso de fertilizantes químicos, sino que incrementó en un 21% los rendimientos de este cultivo y del frijol, incluso en suelos degradados.
Este logro, resultado de una colaboración binacional con el Instituto de Investigaciones Fundamentales en Agricultura Tropical (INIFAT) de Cuba, marca un hito en la búsqueda de una agricultura más sostenible y eficiente.
El proyecto, titulado “Aportes al conocimiento en la biofertilización del garbanzo (Cicer arietinum L.) en Cuba”, destacó por su enfoque innovador en el uso de microorganismos benéficos adaptados a condiciones tropicales de altas temperaturas.
Zelaya y Chávez, junto a las científicas cubanas Marisel Ortega García y Yoania Ríos Rocafull, desarrollaron un consorcio bacteriano que optimiza el crecimiento vegetal.
Mediante la bioprospección de cepas en cultivos de garbanzo y sistemas montañosos cubanos, identificaron microorganismos con alto potencial agrícola, ajustando metodologías de inoculación para su aplicación en campo.
Este esfuerzo conjunto, iniciado en 2017, también incluyó estancias de investigación, publicaciones científicas y la formación de recursos humanos, con dos tesis doctorales concluidas.
Los resultados del proyecto son contundentes: la reducción del 70% en fertilizantes nitrogenados y del 50% en fosforados no solo disminuyó los costos de producción en un 33%, sino que también fortaleció la sostenibilidad ambiental al minimizar el impacto de químicos en los suelos.
Los ensayos de germinación y análisis filogenéticos permitieron definir las cepas bacterianas más efectivas, logrando un aumento del 21% en los rendimientos de garbanzo y frijol, cultivos clave para la seguridad alimentaria.
Este avance no solo beneficia a los productores, sino que también impulsa la economía agrícola al reducir la dependencia de insumos importados. La colaboración entre el INIFAP y el INIFAT demuestra el poder de la cooperación científica internacional para abordar desafíos globales como la soberanía alimentaria.
En Cuba, donde la producción de garbanzo y frijol es estratégica para sustituir importaciones, este proyecto se traduce en un impacto directo en la nutrición de la población y en la resiliencia de los sistemas agrícolas frente a condiciones climáticas adversas.
La transferencia de conocimientos y tecnologías entre México y Cuba ha sentado un precedente para futuras alianzas en la región, mostrando que la ciencia puede ser un motor de cambio en contextos de recursos limitados.
Este reconocimiento no solo enaltece el talento de los investigadores mexicanos, sino que también subraya el compromiso del INIFAP con la innovación agrícola. Desde 2017, el programa de intercambio con Cuba ha generado frutos tangibles: talleres, publicaciones y formación de nuevos científicos.
El Premio Nacional de la Academia de Ciencias de Cuba 2025 es un testimonio del impacto de la biofertilización como una herramienta clave para una agricultura más verde y productiva, un modelo que podría replicarse en otros países de América Latina que enfrentan retos similares en la producción de alimentos.