¡Fuego en el alma de El Tepozteco: La lucha por salvar un santuario en Santo Domingo Ocotitlán!

Foto: Gobierno de Morelos   Redes Sociales: @GobiernoMorelos


Ciudad de México, Redacción.- El Parque Nacional El Tepozteco, joya sagrada de Morelos, arde en una danza trágica de fuego y humo. Con 100 hectáreas consumidas y un avance del 40% en su control, el incendio forestal en Tepoztlán/Norte de Malinalapa desnuda la vulnerabilidad de nuestros bosques. 
La Comisión Nacional Forestal (Conafor) ha desplegado un operativo titánico. Al corte de las 17:00 horas, el incendio muestra un 30% de liquidación, pero el costo es alto: un siglo de vida forestal reducido a cenizas. Frente a este enemigo invisible, 228 brigadistas de élite —desde la Conanp hasta la Sedena, pasando por la Guardia Nacional y voluntarios locales— se han convertido en la primera línea de defensa, respaldados por 20 vehículos y un Equipo de Manejo de Incidentes (EMI) que coordina cada movimiento.

El terreno cuenta su propia historia de resistencia. Con 2,500 metros de brecha cortafuego rehabilitada y 3,500 metros más abiertos desde cero, los combatientes tejen una red de protección para contener el avance del fuego. Es un esfuerzo físico y estratégico que busca no solo salvar el bosque, sino garantizar que las comunidades aledañas respiren tranquilas, aunque el peligro, por ahora, no las acecha directamente.


El cielo podría ser el próximo aliado. La Conafor negocia contrarreloj el apoyo aéreo de la Sedena, una maniobra que podría sofocar las llamas desde las alturas. Mientras tanto, el mensaje a la ciudadanía es contundente: sin entrenamiento, el heroísmo puede ser fatal. “Únanse a las brigadas organizadas si quieren ayudar”, insiste el llamado oficial, un eco de prudencia en medio del caos.

La prevención, ese mantra olvidado, vuelve a sonar con fuerza. No al fuego sin control, no a la basura abandonada, no a las colillas que encienden tragedias. Los teléfonos 800 737 0000 y 911 son el puente para alertar a tiempo, porque en Tepoztlán cada chispa cuenta. “Fuego controlado, bosques protegidos”, reza el lema que busca arraigarse en la conciencia colectiva.

Este incendio trasciende las cifras; es un grito de la tierra que interpela nuestra responsabilidad. En un México donde la política ambiental a menudo se pierde en discursos, la acción de estos brigadistas es un recordatorio vivo de lo que está en juego. El Tepozteco, cuna de mitos y vida, se niega a ser solo un recuerdo carbonizado.

Desde el frente de esta emergencia, donde el humo se mezcla con la esperanza, reporta Stephanie Palacios. La lucha sigue, y con ella, la certeza de que salvar nuestros bosques es salvarnos a nosotros mismos.

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